PASEO BOTÁNICO Y POÉTICO
JUNCO
A GALOPAR – Etapa XX
Situación: paseo del Canal, frente CDM José Garcés.
Etapa anterior: 10 – PALMERA DE ABANICO (Washingtonia robusta).
Etapa posterior: 01 – CHUMBERA (Opuntia ficus indica).
ROBLE (Quercus robur)
Roble común o carballo Perteneciente a la familia Fagacea, el roble es un árbol de porte majestuoso que puede alcanzar los 40 metros de altura. De hoja caduca y copa amplia, tronco derecho, corto y muy grueso en ejemplares que crecen solos, de ramas ligeramente tortuosas.
Las bellotas tardan 6 meses en formarse y tienen la peculiaridad de que cuelgan de un largo pedúnculo. La corteza de los robles contiene gran cantidad de taninos, una sustancia química tóxica empleada por las plantas como defensa y utilizada por las personas para curtir pieles y dar sabor al vino.
Junto con el roble albar (Quercus petraea), el roble común domina los bosques caducifolios de la zona templada y está omnipresente en toda Europa del norte y Asia occidental: es un árbol europeo. El roble común es más bien un árbol de llanura que rara vez supera los 1.000 metros de altitud, mientras que el roble albar cubre terrenos accidentados y más altos. A esta pareja podemos añadir el roble melojo, que vive en las zonas más cálidas de la Europa del sur, del Mediterráneo y de Asia Menor. El conjunto de estas tres especies constituye un elemento importante de los bosques europeos caducifolios y mixtos.
El roble común es muy longevo, fácilmente puede alcanzar los 800 años. Dicen los ingleses que un roble necesita 300 años para crecer, 300 para ser roble y 300 años para morir.
El nombre elegido por Linneo para esta especie, robur, lo emplearon los romanos para designar a los robles y cualquier tipo de madera dura y de gran solidez, e incluso para referirse a la fortaleza y constancia de ánimo.
La importancia económica y cultural de este árbol en Europa ha sido y sigue siendo inmensa. La madera de este roble es un prodigio de solidez y resistencia a la putrefacción aún dentro del agua. De innumerables usos, ha servido como madera estructural para edificios, para la construcción de las grandes flotas de guerra y pesca, en tonelería y para barricas de vino y licores. Como las demás especies de este género, es bueno para quemar y produce un buen carbón.
Ha sido árbol de junta y concejo en numerosos lugares y árbol sagrado en numerosas culturas antiguas europeas.
Roble By Donald Hobern from Copenhagen, Denmark – Quercus robur, CC BY 2.0, en Wikimedia.
Vamos a echar nuevas raíces
por campos y veredas
para poder andar.
José Antonio Labordeta
Todas las etapas
“No nos llaméis jardín.”
Laura Casielles
Esto no es una ruta botánica. Tampoco es una oda a la majestuosidad de los árboles. Esto es una forma de andadura: la de quien camina prestando atención a la vida que brota entre las grietas, la de quien atiende a los seres que pueblan su entorno contra todo pronóstico o planificación, la de quien entiende la poesía como una forma de habitar las calles…
En este paseo veremos vegetales resistentes, imposibles de controlar por la jardinería oficial; muchos de ellos originarios de muy lejos, pero adaptados al entorno de forma prolífica y acusados de invasores por ello. También veremos jardinería de guerrilla, parterres vecinales: aquella vegetación que han elegido los habitantes del barrio para que les acompañe en su día a día y les haga más amable el ladrillo y asfalto; además de algunos árboles que se han erigido como símbolos de sus luchas.
Haremos, en definitiva, un recorrido por las características y curiosidades de algunas especies clasificadas en el reino vegetal, pero que mucho tienen que ver lo que podríamos llamar la “Poesía de la República Vegetal de Torrero”.
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